Personalmente

CRÓNICA DE UNA CAMINATA, THEUX-FRANCHIMONT

El miércoles, 14 de octubre, fuimos a caminar de nuevo con el Volksuniversiteit.
Os cuento la crónica de esa caminata, Theux-Franchimont. Estuvimos en la zona francesa de Bélgica, en las Ardenas. Nuestro punto de partida fue Quai des Saules, en Theux. Según nos acercábamos, ya se iba notando como el paisaje cambiaba, colinas verdes, la construcción de las casas y ese ambiente francés. Durante la caminata vimos nieve, lluvia y algunos rayos del Sol. Disfruté, muy inspirador.

Si ordeno las fotos que he echo, los momentos de la caminata se unen. Ayer vimos el otoño, la niebla que deja entrever las colinas. Vimos la tierra, las plantas llenas de humedad. Gotas de agua que como bolas de cristal se posan por unos instantes en los frutos y descienden como lluvia en los riachuelos. Vimos como caen las hojas y las castañas de los árboles. Como cae la lluvia de los tejados por bocas de dragones en las aceras. Todo se mueve. La tierra se abre porque nacen zanahorias, calabazas y setas. Setas al pie de un árbol muerto, que mañana quizás ya no estarán. Y mientras caminábamos, no sé cuantas paredes de troncos partido encontramos, preparadas por el hombre para los próximos días de frio.

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Todo está unido en un hermoso círculo. Tierra rica en metal construye armas y evoluciona hasta una industria del metal. En el paisaje se ve la historia, arte, religión de los hombres que vivieron allí, también sus miedos. La iglesia de Theux, de Sint-Hermes-en-Sint-Alexander (siglo XI), es muy interesante, con hermosas tallas románicas.

En la pila bautismal hay cuatro caras, que se creen, simbolizaban los cuatro ríos del paraíso, adecuado al significado del bautismo, ríos, agua, salvación del hombre. La torre de la iglesia, del siglo XII, tenía funciones defensivas. Se entraba en ella sólo a través de la iglesia y conserva agujeros en los muros que servían para disparar al enemigo. El techo de la iglesia está cubierto por 127 pinturas en madera del siglo XVII, sorprendentes. Cerca estuvo un palacio de Carlomagno. En Franchimont pudimos ver las ruinas de su castillo (siglo XI) con sus gruesos muros y murallas. www.chateau-franchimont.be/

Pero la historia también se escribe en pequeños detalles. Como esa casa blanca que a menudo se inunda por el rio, en su muro se ve la huella de las subidas, y ahora la puerta se ha convertido en ventana. El hombre recuerda sus desgracias, aun pone flores a monumentos para no olvidar a sus muertos del siglo XV (600 hombres murieron, todos los hombres del pueblo) del siglo XVIII y del siglo XX (segunda Guerra mundial). Seguimos. Huele a tierra húmeda, huele a madera quemada, a estiércol.

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El esfuerzo de la larga caminata al aire libre, la gente agradable con la que de vez en cuando conversas, las historias de las huellas que nuestro guía nos cuenta te hacen comprender las cosas que vas viendo y te llena de energía.
Todo está unido en un hermoso círculo.

Volksuniversiteit: http://sites.google.com/site/overmaas

La Volksuniversiteit de Maasland organiza seis caminatas de unos 16 kilómetros repartidas durante el año. Paseamos por la región de Limburgo en los Países Bajos, Bélgica o Alemania. Cada seis semanas seguimos una ruta por la que un guía nos conduce. El grupo está formado por unas 20 personas en un ambiente muy agradable.

Otras caminatas: En la espalda me crecieron dos alas…

Fotos: Ángeles Nieto

 

 

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