Este verano en Madrid, en una de esas tardes caludosas donde la temperatura se acerca a los 40 grados, decidí pasear por primera vez, nunca lo había hecho antes, por su Jardín Botánico. Está rodeado por coches,situado en el centro de la ciudad y es extraño entrar en ese oasis de tranquilidad y frescor.
Hice una serie de fotos a plantas que me sorprendieron sobre todo por sus estructuras. Desde aquí pude empezar a trabajar, hice pequeños estudios que sobre todo me están sirviendo de inspiración a la hora de pintar superficies, por ejemplo la piel de un gato o para las plumas de un pájaro.
Cada vez que vaya a Madrid quiero volver a él, estoy segura que durante las diferentes estaciones del año el jardín cambiará por completo. El Hortus Botanicus en Amsterdam es también sorprendente.
Fotos: Angeles Nieto
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